Horarios de trabajo atípicos y salud

En el blog ya he prestado atención a la reducción de la jornada laboral y a las experiencias internacionales sobre la semana laboral de 4 días; en suma la reducción del número de días y horas a la semana que trabajamos. En esta ocasión vamos a tratar un tema clásico de la sociología del trabajo, como son los horarios de trabajo y sus repercusiones en la vida de las personas, en concreto en su estado de salud.

En un artículo anterior hablaba de que el debate sobre la gestión flexible del tiempo de trabajo giraba en la actualidad en torno a cuestiones cualitativas relacionadas con la ordenación eficiente del tiempo de trabajo. Así, desde las empresas se buscan fórmulas que aseguren una mayor productividad mediante la adaptación de la fuerza de trabajo disponible a las necesidades fluctuantes del mercado; que en los períodos de mayor demanda pueda disponer del máximo de su fuerza de trabajo y en períodos de baja demanda pueda reducirla sin coste y sin necesidades de recurrir a despidos.

Desde el lado de los trabajadores, por su parte, se buscan soluciones que aseguren unas mejores condiciones laborales (teletrabajo, conciliación familiar, autonomía para fijar los horarios de entrada y salida, bolsas de horas de libre disposición, etc.) junto a la estabilidad del empleo, aceptando la necesidad de una mayor flexibilidad interna en la gestión del tiempo de trabajo. El tiempo de trabajo es una variable de primer orden que condiciona la seguridad y la salud de los trabajadores, así como influye en las posibilidades de conciliación familiar y, en suma, en la calidad del trabajo.

Entre los beneficios que se destacan de estas medidas de flexibilización interna de la jornada de trabajo están, por un lado, que se permite a las empresas realizar una planificación detallada y efectiva de los recursos disponibles sin sumar costes innecesarios para la organización. Asimismo, esto se junta con un mantenimiento de las condiciones laborales de los trabajadores y unas mejores posibilidades de conciliación familiar. 

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Por el contrario, como se viene apuntando desde diversos estudios en la Unión Europea, la extensión de la jornada laboral y los horarios de trabajo se convierten en factor de riesgo para la salud de los trabajadores. Un estudio, ya citado anteriormente en este blog, sobre las relaciones entre condiciones de trabajo y salud evidencia que determinadas fórmulas de trabajo atípico, como horarios de trabajo cambiantes a lo largo del año, los turnos de trabajo, el trabajo nocturno o el trabajo en los fines de semana, se relacionan con un mayor presentismo, una peor calidad del sueño y un menor bienestar subjetivo, con un número ligeramente mayor de problemas de salud notificados (Eurofound 2019).

En este sentido, desde el otro lado del Atlántico, un estudio reciente, publicado en la revista Plos One, ha analizado cuáles son las mejores horas para trabajar y a partir de qué momento del día ya no es bueno para la salud del trabajador. La investigación ha sido dirigida por Wen-Jui Han (2024), de la Universidad de Nueva York. Según el estudio, los patrones de empleo durante la vida laboral pueden influir en la salud física y mental del trabajador al llegar a la edad madura.

Utilizando datos de la Encuesta Nacional Longitudinal de la Juventud-1979 (NLSY79), que sigue a más de 7.000 individuos de Estados Unidos durante tres décadas, se han analizado las consecuencias de distintos horarios laborales. Los resultados indicaron que las personas que trabajaron en horarios no tradicionales experimentaron menor cantidad y calidad de sueño, además de mostrar mayor propensión a padecer síntomas depresivos al alcanzar los 50 años. Estos efectos fueron especialmente marcados en aquellos que, tras haber comenzado su carrera laboral en horarios estándar, cambiaron a horarios más irregulares durante los años siguientes.

El estudio reveló también la existencia de diversas trayectorias laborales entre los participantes de la encuesta, destacando la heterogeneidad en los patrones de trabajo a lo largo del tiempo.

• Un 26% de los encuestados mantuvo un empleo con horarios estables durante el período estudiado, mientras que un 35% trabajó la mayor parte del tiempo en horas estándar.
• Por otro lado, un 17% de los participantes experimentó una transición de empleos con horarios estándares a empleos con horarios más volátiles, incluyendo la rotación de turnos y la variación de horarios. Esta variabilidad en los horarios puede reflejar cambios en las necesidades de empleo o en las circunstancias personales de los trabajadores.
• Además, un 12% de los encuestados pasó de tener un horario de trabajo estándar a uno variable, lo que indica otra forma de inestabilidad laboral o adaptación a nuevas demandas laborales.

Las consecuencias de los horarios de trabajo para la salud varían según el momento de la vida de la persona. Así, en comparación con las personas que trabajaron principalmente durante el horario diurno tradicional a lo largo de su carrera laboral, aquellos que tenían horarios de trabajo más volátiles dormían menos, tenían una peor calidad del sueño, fatiga física y agotamiento emocional, y eran más propensos a informar de síntomas depresivos a los 50 años.

Los resultados más negativos se observaron en aquellos casos en que tenían unos horarios de trabajo estables a los 20 años y luego hicieron la transición a horas de trabajo más volátiles a partir de los 30 años. En este grupo, el efecto para la salud a los 50 años fue más significativo independientemente de otras variables como el modelo de empleo, el origen étnico o el género de la persona. 

Los hallazgos encontrados en este estudio revelan una creciente flexibilización de las condiciones laborales, y en concreto a la gestión del tiempo de trabajo, lo que conduce a un aumento de los riesgos psicosociales para la salud de los trabajadores.

Este estudio y otros similares realizados en la Unión Europea sobre las relaciones entre salud laboral y condiciones de trabajo revelan la necesidad de regular las jornadas y los horarios de trabajo para proteger la salud laboral a largo plazo.

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Para saber más...

Eurofound. (2019). Working conditions and workers' health.

INSST, 2023. Salud mental y Trabajo.

Wen-Jui Han (2024) How our longitudinal employment patterns might shape our health as we approach middle adulthood—US NLSY79 cohort