

¡Ya estoy de vuelta! Después de un pequeño parón veraniego, regreso con las pilas bien cargadas. Este tiempo me ha servido para atender otras responsabilidades profesionales en la Universidad, pero sobre todo, para volver con muchas ganas e ideas nuevas que compartir.
En este blog sostengo la tesis de que vivimos un momento de transformación profunda en el mundo del trabajo. La irrupción de nuevas tecnologías —especialmente la inteligencia artificial (IA)— está modificando no solo cómo trabajamos, sino también qué trabajos existen y quién los realiza. Esta revolución tecnológica, muchas veces referida como transformación digital, va mucho más allá de la simple automatización: implica un cambio sistémico en los procesos productivos, en la gestión del talento y en la propia organización del trabajo.
En este contexto, comprender el cambio ocupacional que se está produciendo resulta clave para anticipar los desafíos y oportunidades futuras del trabajo. ¿Cómo adaptarse a un entorno de trabajo cada vez más digitalizado, automatizado y conectado?
Durante el verano del año 2024 tuve el gusto de impartir una charla sobre el impacto ocupacional de la digitalización en el mundo laboral durante el curso "Transición digital e Inteligencia Artificial en el mundo del trabajo" en los Cursos de Verano de la Complutense, celebrados en San Lorenzo de El Escorial. Fue una experiencia enriquecedora que me permitió explorar a fondo cómo la transformación digital está redefiniendo por completo el panorama profesional.
Ahora, he tomado el contenido de esa presentación como punto de partida para el artículo, con el que damos inicio al nuevo curso. En él profundizaremos cómo la digitalización reconfigura nuestras ocupaciones y el entorno laboral donde trabajamos. Veremos por qué no todos los empleos desaparecen, sino que muchos cambian. Y entenderemos cómo este nuevo ecosistema plantea tanto oportunidades como nuevos riesgos para trabajadores y organizaciones.
La digitalización no es solo una tendencia; es el marco sobre el que las empresas están reconstruyendo sus operaciones y, con ellas, el futuro laboral. Las organizaciones abordan esta transformación con ritmos y estrategias diversas, pero todas comparten un denominador común: la necesidad de integrar tecnologías avanzadas para innovar y mantenerse competitivas. Esto implica intervenciones estratégicas sobre el producto (bienes o servicios), los procesos internos (cadena de valor) y la propia organización.
El resultado de estas transformaciones es la configuración de un nuevo entorno digital de trabajo, palpable en fábricas, talleres, oficinas, centros logísticos, etc. Mi investigación en el sector manufacturero (López Carmona, 2024 y 2025) me ha permitido caracterizar este entorno por cuatro rasgos fundamentales, que son igualmente aplicables a cualquier actividad productiva, incluido el sector servicios:
Es crucial entender que la diferente combinación de estos factores entre empresas, o incluso dentro de una misma organización, genera un impacto ocupacional heterogéneo y efectos distintos para cada tipo de ocupación. Esta variabilidad nos obliga a un análisis detallado de cómo impacta la digitalización en las ocupaciones en el día a día.
Obtenido de Pixabay
La irrupción de la Inteligencia Artificial impacta en el mercado de trabajo generando cambios significativos en la estructura ocupacional. Este fenómeno no es unidireccional; si bien se observa una reducción de empleos en ciertos sectores y ocupaciones debido a la creciente automatización de tareas, tanto manuales como intelectuales, al mismo tiempo, la demanda de productos y servicios en algunas actividades económicas existentes, como los equipos informáticos y los smartphones, se incrementa, y surgen nuevas actividades como el comercio electrónico, el marketing digital, o los científicos de datos.
Más allá de estos cambios sectoriales, las diferencias entre las ocupaciones en declive y aquellas en crecimiento son notables en cuanto a salarios y cualificación. Tradicionalmente, desde el siglo XX, se había documentado un aumento constante en la cualificación y los ingresos de la fuerza laboral a la par que se incrementaban los niveles de productividad y riqueza en las economías desarrolladas. Sin embargo, esta tendencia se ha visto interrumpida en las últimas décadas del siglo XX, dando paso a lo que Brynjolfsson y McAfee (2014) denominan el "gran desacoplamiento".
A diferencia de toda la historia económica anterior del capitalismo, asistimos a una separación creciente entre la curva de crecimiento económico y la de incremento de los salarios reales.
Como consecuencia, se acentúa la desigualdad económica en las economías capitalistas, creando grupos de "ganadores y perdedores" que sufren un impacto desigual del cambio tecnológico, tanto entre las rentas de capital y trabajo como entre diferentes grupos de trabajadores. Esta demanda diferenciada de ocupaciones ha generado, desde la década de 1980, procesos de polarización en el empleo. Buena parte de los trabajadores desplazados por la automatización en fábricas u oficinas se dirigen a "empleos refugio" en el sector servicios, caracterizados por una baja cualificación y salarios inferiores a los que poseían anteriormente9. Con la entrada de la robótica y la Inteligencia Artificial en las actividades productivas durante el siglo XXI, estas tendencias de polarización ocupacional se acentúan aún más.
La digitalización de los puestos de trabajo no solo altera la estructura del mercado laboral, sino que redefine el contenido mismo de los puestos de trabajo. La omnipresencia de la Inteligencia Artificial nos obliga a adaptarnos a nuevas dinámicas, donde las tareas y las habilidades requeridas están en constante evolución.
Los cambios en las tareas que realizamos en nuestras ocupaciones son profundos:
El entorno físico de los centros de trabajo también experimenta transformaciones. En términos generales, se observa una mejora en las condiciones:
Sin embargo, esta evolución positiva no implica la eliminación total de riesgos; de hecho, emergen y se extienden nuevos factores de riesgos laborales:
Estos desafíos son críticos para asegurar que la integración de la Inteligencia Artificial y el trabajo resulte en un entorno laboral sostenible y saludable.
El inicio de la Cuarta Revolución Industrial ha dado forma a un paradigma laboral que se puede caracterizar, como hacemos en este blog, por ser digitalizado, conectado y con una autonomía parcial y segmentada. Este modelo redefine no solo dónde y cómo trabajamos, sino también la dinámica de poder y control en el entorno profesional, afectando directamente el futuro laboral.
A pesar de los discursos de management que promueven una mayor participación y toma de decisiones en el puesto de trabajo, la realidad dominante en el futuro laboral muestra una autonomía y participación segmentada y desigual. Solo los segmentos superiores de la pirámide ocupacional (coordinadores, jefes de línea, personal de ingeniería y diseño) disfrutan de un mayor margen de maniobra, mientras que, para los trabajadores menos cualificados, el espacio para la iniciativa y la toma de decisiones es muy limitado (López Carmona, 2024 y 2025).
A lo largo de este artículo, hemos explorado cómo la digitalización y, en particular, la Inteligencia Artificial, están redefiniendo el panorama profesional a un ritmo sin precedentes.
La incorporación de la Inteligencia Artificial en el mundo laboral presenta un escenario de múltiples facetas: un gran potencial para la eficiencia y la innovación, pero también desafíos significativos en términos de equidad, bienestar y desarrollo profesional. Adaptarse a esta nueva era no es una opción, sino una necesidad imperante para individuos y organizaciones por igual.
Ante este panorama de cambio constante, una pregunta fundamental emerge: ¿Cómo podemos asegurar que la evolución de la Inteligencia Artificial se traduzca en un futuro laboral más justo, inclusivo y enriquecedor para todos?
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¡Juntos, podemos construir un futuro laboral más informado y preparado!
Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo (EU-OSHA). (2018). Healthy work in the digital age: How tele- and ICT-based mobile work affect the health and well-being of workers. Publicaciones Oficiales de las Comunidades Europeas.
Brynjolfsson, E., & McAfee, A. (2014). The second machine age: Work, progress, and prosperity in a time of brilliant technologies. W. W. Norton & Company.
López Carmona, J. L. (2024). Más allá de la automatización. Impacto de la Cuarta Revolución Industrial sobre las condiciones de trabajo y la cualificación. Sociología del Trabajo, 103, 29-42.
Moore, P. (2018). The automation of everyday life: Rethinking the human in the age of artificial intelligence. Routledge.
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