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4 rasgos de la Industria 4.0 y su impacto en las ocupaciones

En un artículo anterior, ya describí las características principales de lo que entiendo que es un nuevo entorno digital de trabajo que está emergiendo en las fábricas y talleres de la mano de la incorporación de una nueva generación de tecnologías digitales al proceso de trabajo.

En este artículo vamos a describir las transformaciones productivas que se producen en las empresas del sector industrial y que contextualizan la emergencia de ese nuevo entorno de trabajo en los centros de trabajo. Para ello vamos a utilizar un concepto originado hace más de una década en Alemania: la industria 4.0. Identificaremos cuatro rasgos básicos obtenidos de la lectura de diversas fuentes documentales producidas en esta década para, desde ahí, explicar cómo esos rasgos intervienen en los nuevos procesos de trabajo y, como consecuencia, en el cambio de las ocupaciones y empleos en la industria.

La industria 4.0 como nuevo modelo industrial 

La industria, y en especial las actividades manufactureras, se están beneficiando de la nueva generación de tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial mediante su empleo en la automatización casi completa de las fábricas, lo que está derivando en una transformación de los procesos de fabricación tradicionales, un cambio en la naturaleza del trabajo, una mayor integración de la producción con los servicios y con las cadenas de valor globales (CVG).

La transformación digital de la industria posee diversas denominaciones en la literatura, una de las cuales -la Industria 4.0- es la que preferimos emplear en el blog. Sin embargo, es preciso señalar que hay otros términos que aparecen en la literatura reciente, tales como la fábrica inteligente (Smart Factory), el Internet industrial, o la producción inteligente (Smart Manufacturing), que tienen diferentes orígenes geográficos, pero que sustancialmente poseen el mismo significado que el de Industria 4.0. Todos ellos, no remiten a la emergencia de un nuevo modelo industrial donde se diseñan, implantan y gestionan nuevos procesos productivos que proporcionan información en tiempo real y permiten una mejora en la toma de decisiones empresariales.

En los últimos años han aparecido informes que anticipan los efectos de la Industria 4.0 en el conjunto de la economía internacional, y también, de la economía española. En su informe para España, la consultora Roland Berger (2016) prevé un incremento de 120.000 millones de euros del valor añadido bruto (VAB) en 2025 en las principales ramas industriales del país, gracias a la digitalización de la industria.

Estos mismos estudios han acuñado el concepto de bonus de productividad digital para dar cuenta de las repercusiones que tienen la incorporación de las nuevas tecnologías digitales a la industria. Aunque el incremento de productividad difiere entre países y entre ramas industriales, la Industria 4.0 permite a las empresas industriales mejorar su rendimiento gracias a una mayor productividad en los procesos de fabricación, a una planificación y previsión más precisas, a una mayor capacidad competitiva y, también, a una mayor sostenibilidad financiera.

La transformación digital de la industria está encontrando un interés creciente, tanto a nivel profesional como académico, pero todavía necesita una investigación más profunda. A través de una revisión sistemática de la literatura académica con respecto al cambio de paradigma que se produce en los entornos de fabricación, Savastano y otros (2019) define la Industria 4.0 como una evolución compleja de todo el sector industrial que incluye avances tecnológicos en equipos de producción (es decir, fabricación aditiva), productos conectados inteligentes y el uso de Internet de las cosas (IoT) en fábricas, computación en la nube y móvil, Inteligencia Artificial (IA), herramientas de datos y análisis, involucrando actividades, competencias y partes interesadas en todos los niveles.

El término Industria 4.0 se acuñó en Alemania en el año 2011, en la Feria Tecnológica de Hannover, pero adquirió relevancia a partir del año 2013 cuando el Gobierno Alemán lo empleó para presentar su nueva estrategia industrial, y que se plasmó en el documento  Recommendations for implementing the strategic initiative Industrie 4.0. Final report of the Industrie 4.0 Working GroupEl documento fue redactado por la Academia Nacional de Ciencia e Ingeniería de Alemania (ACATECH) y contó con la colaboración del Centro de Investigación Alemán para la Inteligencia Artificial (DFKI) y de grandes empresas alemanas. Anteriormente, y en el contexto de la crisis financiera internacional, diferentes consultoras estratégicas publicaron entre 2009 y 2010 una serie de informes que redescubrían la importancia de la producción industrial para las economías nacionales.

Revisando críticamente los orígenes del concepto a través de diferentes textos publicados entre 2009 y 2015, Sabine Pfeiffer plantea que la Industria 4.0, lejos de ser una realidad constatable, supone una agenda política concreta de determinados actores sociales: «un futuro descontextualizado, vaciado de contenido, que está abierto a la exploración y explotación, cálculo y control» (Pfeiffer, 2017). Más allá de la existencia de nuevas tecnologías que posibilitan nuevas capacidades productivas, el origen de la Industria 4.0 se halla en una conjunción de diversas alianzas personales, la influencia de algunas consultoras internacionales y la visión de la economía compartida durante años por políticos y líderes corporativos. «Mirando hacia atrás desde la perspectiva de hoy, vemos que Alemania no fue ni el inventor ni el protagonista en una narrativa que otros actores pusieron en juego con la intención de reinventar el mundo de la producción industrial».

Un marco explicativo para estudiar el impacto ocupacional 

Tomando como punto de partida la interpretación crítica de Sabine Pfeiffer, la Industria 4.0 apunta, por tanto, no a una realidad existente en estos momentos -más que en algunas empresas líderes en sus mercados- sino que propone un camino a seguir, un futuro deseable.

A partir de este supuesto, mediante la revisión de diferentes modelos e interpretaciones de la Industria 4.0, podemos caracterizar y sintetizar la transformación digital de las empresas en el sector industrial mediante cuatro rasgos:

  1. La incorporación de una nueva generación de tecnologías digitales permite a la dirección de la empresa elaborar una estrategia futura que diseñe, cree y defina un nuevo modelo de negocio que la proporcione una ventaja competitiva en su mercado.
  2. Los productos industriales se hacen híbridos, se equipan con nuevos componentes o funciones digitales (sensores, RFID, interfaces de comunicación, etc.) para recolectar datos sobre su entorno y sobre su propio estado, lo que permite a las empresas proporcionar una nueva capa de servicios postventa basados en el análisis y evaluación de los datos de su uso.
  3. La producción está altamente automatizada y los recursos de la empresa se usan de manera más eficiente mediante sistemas ciber-físicos que conectan productos, máquinas y personas a lo largo de la cadena de valor. Mediante una programación previa, los sistemas de suministro, producción y distribución están totalmente integrados, y generan grandes cantidades de datos que son procesados, analizados e integrados en modelos descentralizados de toma de decisiones.
  4. El modelo de organización se transforma con estructuras organizativas que tienen menores niveles jerárquicos, y donde se adoptan modelos de trabajo colaborativo y en red por medio de una recualificación del factor humano (conocimientos, habilidades y actitudes).

Estos cuatro rasgos conforman lo que podemos definir como Modelo de la Industria 4.0, por cuanto se trata de una construcción teórica con la que pretendemos representar una realidad (por lo demás, mucho más diversa y compleja) mediante el establecimiento de relaciones entre variables -o componentes- que encontramos presentes.

Es decir, estos cuatro rasgos que hemos definido para caracterizar la transformación digital de la industria se encuentran de manera muy desigual entre las diferentes ramas industriales y entre las empresas del sector. 

Las empresas se distinguen entre sí en cuanto a que en sus programas de transformación digital no aplican las mismas intervenciones o lo hacen con diferente ritmo e intensidad…

  • Por ejemplo, una empresa de productos de embalaje puede priorizar el ahorro de costes en su proceso de transformación digital, reduciendo su plantilla e introduciendo máquinas automáticas en el proceso productivo, dejando para momentos posteriores abordar los cambios organizativos y no alterando la naturaleza ni las funciones de su producto.
  • Por el contrario, otra empresa puede aprovechar su transformación digital para realizar un cambio de modelo de negocio, incorporando sensores a su producto industrial (por ejemplo, una silla ergonómica) sin necesidad de tocar el proceso productivo ni la organización.

Como consecuencia, las diferentes intervenciones sobre el producto (P), los procesos (C) y la Organización (O) que se llevan a cabo en una empresa concreta, dentro de su estrategia de transformación digital (E), suponen un nuevo entorno digital de trabajo (ver figura) definido como un conjunto de cambios operados en la empresa con motivo de su transformación digital y que tienen capacidad para impactar de manera variable en las condiciones de trabajo 

@ José Luis López Carmona, junio 2023

El entorno digital de trabajo que se conforma en cada empresa es, por tanto, particular. Es el resultado de la diversa combinación de los distintos tipo de intervención que se dan (sobre el producto, los procesos y/o la organización). Al mismo tiempo, ese particular entorno digital de trabajo tiene unos efectos sobre los empleos en la empresa correspondiente; o lo que es lo mismo, tiene un impacto ocupacional específico.

El impacto ocupacional debido a la digitalización de la industria se refiere a cuatro ámbitos del proceso de trabajo, según se viene constatando en la literatura reciente sobre el tema:

  • Rediseño de los empleos en cuanto a cambios en el contenido del trabajo, y emergencia de nuevos empleos.
  • Mejora la salud y seguridad en el lugar de trabajo de las fábricas y talleres, aunque se producen nuevos riesgos laborales.
  • El trabajo se caracteriza por ser híbrido (aumentan las posibilidades de teletrabajo), estar conectado mediante dispositivos digitales, y estar basado en el trabajo colaborativo y en red.
  • Se requieren nuevas competencias profesionales adaptadas al nuevo entorno (digital) de trabajo.

Solo aquí se enumeran por no aumentar la extensión de este artículo. En próximas entregas iremos hablando de manera extensa de cada uno de estos ámbitos en que se da el impacto ocupacional de la transformación digital de la industria.

En conclusión, el análisis del alcance y naturaleza de las transformaciones productivas que se engloban bajo el término industria 4.0 nos sirve de marco interpretativo desde el que identificar, describir y explicar los cambios y transformaciones que se dan en las ocupaciones y empleos en el sector industrial.

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